En una farmacia de Atlanta, Georgia (Estados Unidos), llamada Jacobs se creó la que sería una de las bebida más consumida en el país estadounidense y una representación de la cultura norteamericana en todo el mundo.
Desde su nacimiento, en 1886, la Coca-Cola ha sido tan exitosa como controversial, principalmente por su alto contenido de azúcar, que es calificado por los expertos como peligroso si se consume en exceso.
“Cuando bebes algo dulce, sea con azúcar o no, tu cuerpo detecta ese dulce. Entonces segrega insulina. La insulina es lo que recoge el azúcar de la sangre y lo lleva a los órganos.
Cuando tomas azúcar, segregas insulina. Por lo que si te tomas una Coca-Cola normal a mitad de la tarde te da un pico de azúcar brutal y eso no es bueno”, explicó Cribeo Laura Martínez, especialista en nutrición y genética, y directora de Greenology al diario español ‘La Vanguardia’.
Por esta razón, años atrás, la marca decidió lanzar una Coca-Cola Zero, comercializada como una bebida que hacía menos daño a la salud que la tradicional. Pero, ¿ésta de verdad es mejor y contiene menos azúcar?
De acuerdo con el medio mencionado, el cambio entre una y otra con respecto a su sabor no es muy grande a pesar de que dice tener cero azúcar. Esto se logra por medio de dos edulcorantes: el aspartamo y el acesulfamo potásico.
El problema viene con estos dos productos, que pueden tener efectos negativos, diferentes a los que tiene el azúcar en exceso, en nuestro cuerpo, según aseguró la experta: «Lo que sucede con la Coca-Cola Zero es que no lleva azúcar, pero como el cuerpo detecta el sabor dulce, segregas insulina igualmente, y esta se lleva el poco azúcar que tienes en sangre induciendo una fuerte bajada de glucosa».
Ahora bien, las dos principales consecuencias de esta reacción biológica a los edulcorantes son el aumento del apetito, debido a la bajada de glucosa, y el estrés del páncreas, que debe producir insulina de manera innecesaria.
FUENTE: EL TIEMPO
