La prensa de la época dedicó considerables espacios para narrar todo sobre la gallina del expresidente mexicano, Plutarco Elías Calles, capaz de cumplir dos funciones a la vez.
Algunos dirán que se trataba simplemente de un caso más de hermafroditismo aviar, pero no era tan simple, porque el animal en cuestión, por cierto de la raza Leghorn, no solo tenía los genitales masculinos y femeninos a la vez, sino también todo un organismo interno para cumplir ambas funciones.
Para empezar tenía la capacidad de aparearse con gallinas durante una época del año, mientras que en la otra se dejaba “pisar” por otros gallos.
Cuando le tocaba asumir el rol de gallina, ponía huevos de los que salían pollitos, mientras que cuando su naturaleza le dictaba ser gallo, cantaba como tal y fecundaba a las hembras que pisaba, revelaba emocionado para la prensa de la época Carlos Alexanderson, encargado de las aves de corral del presidente Plutarco Elías Calles.
Era 1934, cuando la noticia sobre la gallina del ex presidente mexicano ocupó considerables espacios dentro de los periódicos y revistas de aquel año. Para describir a esta rareza animal, los periodistas usaban frases como, “el fenómeno más raro en materia gallinácea del mundo entero”, pues no se sabía de un caso similar, en otro lugar del planeta.
Carlos Alexaderson, experto en avicultura, contaba con efusividad a la prensa que realizaría más estudios del gallo-gallina del ex presidente. Pero como todo acontecimiento mediático hasta nuestros días, el tema fue perdiendo el interés de las masas hasta quedar en el olvido, así que no se supo más del destino de la célebre ave de corral.
Ahora una casualidad. Resulta que justo en el año en el que la gallina rara de Plutarco Elías Calles se hiciera famosa, cruzando la frontera, la anatomista Madge Thurlow Macklin, analizaba una gallina en la misma situación, pero en Estados Unidos. Para estos casos ella acuñó el término de gallinas “ginandromorfas bilaterales”
“Es como si hubieran acoplado medio cuerpo de la hembra de la especie a otra mitad del cuerpo de un macho”, comentó Madge en un estudio. Sin embargo ni los cuidadores del animal, ni Plutarco Elías Calles, ni mucho menos los mexicanos de la época jamás se enteraron del estudio estadounidense en cuestión, así que terminaron sus días creyendo que solo se trataba de una gallina fenómeno.
(Con información de México desconocido)